El Gobierno Federal de México se enfrenta a una encrucijada con respecto a los fabricantes de automóviles chinos, ya que se niega a ofrecer incentivos para la producción de vehículos eléctricos, según informa la agencia de noticias Reuters. Bajo la presión de Estados Unidos, México ha suspendido futuras reuniones con fabricantes chinos, dejando en claro que no otorgará los mismos incentivos que en el pasado, según el reporte.
La última reunión entre altos funcionarios mexicanos y representantes de BYD, uno de los principales fabricantes de vehículos eléctricos del mundo, tuvo lugar en enero, pero no hubo avances significativos. Aunque la oficina del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y la Secretaría de Economía de México no han comentado sobre el tema, la Casa Blanca ha expresado su preocupación por la posibilidad de que los fabricantes chinos inunden el mercado con vehículos que representen una amenaza para la seguridad nacional.
Con alrededor de 20 fabricantes de automóviles chinos vendiendo en México pero sin tener una planta en el país, existe una creciente preocupación sobre el uso de México como puerta trasera para vender autos eléctricos baratos en Estados Unidos. Esta preocupación se ha intensificado con la propuesta de legislación en el Senado estadounidense para aumentar los aranceles sobre las importaciones de vehículos chinos que actualmente son del 27.5%.
A pesar de los obstáculos, los fabricantes de automóviles chinos como BYD siguen buscando establecerse en México, aunque ahora están recurriendo a los gobiernos estatales en busca de incentivos. Estados industriales como Durango, Jalisco, Estado de México y Nuevo León están ofreciendo una variedad de incentivos para atraer a estos fabricantes, aunque los incentivos federales han disminuido durante el gobierno actual.
Autos de China en México
La revisión del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) en 2026 agrega otra capa de complejidad a la situación, ya que México teme que una posible reforma del acuerdo comercial por parte de Estados Unidos pueda afectar negativamente al país. Con tantos factores en juego, México está atrapado en el fuego cruzado entre dos de las economías y mercados automotrices más grandes del mundo.
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